Constanza Montealegre es una cineasta tucumana que vive desde hace un tiempo en París y estaba a punto de regresar a la Argentina, pero antes de hacerlo había decidido conocer varios países europeos en compañía de su madre, Maggi Perea. Y uno de esos lugares era Turquía.
La tarde del jueves llegaron allí y se tomaron un tranvía para trasladarse al hotel. No había pasado ni una hora que llevaban en el lugar, cuando el transporte se detuvo y se anunció una alerta de atentado. Finalmente no ocurrió, pero llegaron al hotel con el pánico que eso les había generado. A las 10 de la noche tuvieron las primeras noticias: el ejército dijo que tenía todo controlado y que era un golpe de Estado.
"El tema fue que, por el idioma, me sentía totalmente imposibilitada de entender 100% lo que pasaba; las imágenes que pasaban eran horribles, pero el dueño del hotel nos contaba en inglés que era lo que pasaba", relató Constanza.
Luego, el dueño del lugar donde estaban alojadas les pidió que por favor que no salieran de ahí y que cerraran con llave las puertas. "No pude dormir. A las 4 de la mañana se veía gente que volvía de la manifestación, porque el presidente, Recep Tayyip Erdoğan, salió a decir que había que hacerle frente a los militares, y ahí, los del ejército empezó a dispararle todos ellos", detalló Montealegre y agregó que se sentían bombas y disparos.
Además, contó que de un momento a otro el cielo apareció cubierto de aviones militares que pasaban muy cerca de las casas; en el mar, barcos con sirenas y tiros que hacían que se despertara durante la noche. "Todo el mundo empezó a mandarme mensajes y a decirme que llame a la embajada, y que salga de aquí, y eso te genera también mucha presión. La sensación fue de mucho miedo. Teníamos miedo de que haya bombardeos", confesó la cineasta luego de haber vivido una situación jamás pensada.
Hoy, en comunicación con LA GACETA, dijo que allí 'ahora está todo más tranquilo'. El Presidente anunció que el golpe fue fallido. Los vuelos volvieron a la normalidad, aunque algunos están reprogramados.
Ahora, Constanza y Maggie, su madre, solo esperan poder volver mañana a Francia y luego retornar a Argentina.